Conclusiones
El informe del Consejo de Ministros formula un conjunto de propuestas y recomendaciones que darían lugar a un nuevo sistema fiscal más sencillo, más eficiente y más homogéneo con el resto de países de nuestro entorno.
El análisis del RACC concluye:
- Las perspectivas son inciertas a pesar del claro posicionamiento de la Unión Europea en materia de fiscalidad energética, según el cual la tributación debe ir en función de un doble gravamen: uno que recaería sobre el contenido energético de los productos, otro sobre las emisiones potenciales de CO2. Es razonable pensar, a corto o medio plazo, en variaciones notables de los tipos de los impuestos especiales.
- Una fiscalidad específica sobre los carburantes basada parcialmente en criterios ambientales es un avance importante para favorecer una estrategia de sostenibilidad de la movilidad privada.
- La Fundación ha defendido con firmeza el principio de neutralidad, entendida como el mantenimiento de la recaudación total por las distintas figuras impositivas que afectan al vehículo privado, concretamente, y al margen de los impuestos especiales sobre hidrocarburos, el Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte (IDMT o Impuesto de Matriculación) y el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVMT o Impuesto de Circulación).
- Debemos buscar elementos que compensen estos posibles aumentos y establecer los periodos transitorios de adaptación.
- Lo más razonable sería el suprimir el Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte (IDMT), aunque estableciendo las compensaciones oportunas para las administraciones autonómicas que reciben la recaudación.
- Podría plantearse la oportunidad de emprender una reforma del Impuesto de Circulación con criterios que tuvieran en consideración no sólo o no tanto el impacto sobre el cambio climático, sino especialmente que tuvieran en cuenta la incidencia del uso del vehículo privado sobre la calidad del aire.
- La Fundación RACC estimaría oportuno, si no fuera factible una reforma integral del impuesto que incorpore elementos de calidad del aire, por lo menos establecer una exención total de su aplicación a todos los vehículos con características Euro VI, dado que las emisiones de partículas y otros elementos son mínimas.
Recomendaciones
La supresión del impuesto de matriculación sería la primera medida a emprender desde el punto de vista de la Fundación RACC. En un estadio a largo plazo, podría considerarse la abolición del impuesto de circulación. A la espera de esta posibilidad, la Fundación propondría a corto plazo eximir de su pago a los vehículos de nueva matriculación que se ciñeran a la normativa Euro VI.
Si se siguieran las recomendaciones de la Fundación RACC se dibujaría un panorama de la fiscalidad específica del automóvil que respondería a los principios elementales que una política de esta naturaleza debe respetar:
- Eficiencia ambiental: pagaría más quien más contaminara, no quien tuviera más capacidad de contaminar.
- Neutralidad recaudatoria: el nivel de recaudación tras la reforma no debería ser superior al del pasado en igualdad de condiciones económicas.
- Afectación de la recaudación por imposición específica a fines relacionados con movilidad y seguridad vial. Se deberían determinar las condiciones específicas de funcionamiento de la afectación y también el volumen de recursos que constituiría estos fondos.
- Apoyo de la actividad y el empleo: la supresión del impuesto de matriculación favorecería la estabilidad de la industria de la automoción y contribuiría al sostenimiento del empleo.
- Simplificación del sistema: esta reforma simplificaría enormemente el sistema fiscal. Menos figuras impositivas, menos burocracia y menos trámites para los ciudadanos.